Guardo tu bufanda del penúltimo invierno
la franela raída que protegía tu seno,
el disco de Sabina donde canta su infierno
tu libro de Donoso que destila veneno.
Tengo un zapato tuyo de una marca difusa
la foto de un fulano que encontré en tu cartera,
cuatro o cinco botones cuando rompí tu blusa
con mi torpe experiencia de la noche primera.
Y puede ser que un día te devuelva tus cosas,
porque el jardín no es mío, ni tampoco sus rosas,
y fui pájaro extraño en tu cielo encendido…
Puedo devolver todo menos tu braga negra,
no me juzgues tan mal…es un botín de guerra,
la única medalla en mi pecho vencido.
©César Sánchez BerasNY/20012
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