Mezclado
como la concha y el humo de los Andes
unido por la savia de la noche
que agrupa y separa las sustancias.
Unido
como el cactus y el rocío
resbalando sobre el filo de la sombra
como la arcilla que cubre el cementerio.
Mestizo
en mis manos anda Frida
y en mi boca Bob Marley
tengo piel de navajo
y corazón de Ogun
tengo en el mismo cauce
la quena y los tambores.
Único
como el miedo o las estrellas
como jauría, cardumen o bandada
tengo dos patrias y dos cielos suspendidos
entre las líneas paralelas de un tranvía.
Soy uno y todos los hombres en esta hora
soy la nota de un címbalo que resuena en el tiempo.
©César Sánchez Beras
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